Los celos. «Ese monstruo de ojos verdes»

Estándar

Oh! mi señor, cuidado con los celos. Son el monstruo de ojos verdes que se burla de la carne de la que se alimenta. Otelo. William Shakespeare.

Totum sumiderum

Los celos vienen a resumirse como el temor a la pérdida de una relación interpersonal importante. Observamos amenaza sobre lo que sentimos como propio porque entra en juego alguien nuevo. En el caso de los niños, invariablemente, cuando nace un nuevo hermano es necesario un periodo de confirmación, reafirmación, adaptación… Aparece el temor, por supuesto, yo diría que es la característica principal de ese estado emocional que son los celos, necesitas confirmar que todo sigue en orden, que el amor de mamá y papá sigue intacto. Reafirmar que eres valioso y adaptarte a compartir el tiempo de los que amas con el nuevo miembro de la familia.

En nuestro caso en particular se dan varias circunstancias: Marco tiene dos años y cinco meses, sigue siendo un bebé en muchos aspectos, se encuentra en una etapa evolutiva en la que se siente el centro del universo, hecho esperable y saludable a su edad, empieza a desvincularse de mamá (esto suele ocurrir a partir de los dos años), y comienza a sentir mucha curiosidad por otros niños, sin que esto suponga aún necesidad de socialización (será a partir de los tres años). Añadimos a esto que la etapa oral corresponde al menos hasta los tres años. ¿Qué supone todo esto? Que el niño no va a la guardería, comenzará el colegio el año que viene, y que sigue siendo un lactante. ¡Practicamos lactancia en tándem! Hemos decidido que era lo mejor para los niños, para los dos, por diversas razones.

Pues bien, esto debe ser muy exótico, porque vengo encontrándome con muchos comentarios desafortunados, tanto en el embarazo como ahora, que no respetan las opciones personales y adolecen de un gran desconocimiento. Destacaré además un fenómeno curioso que estoy notando, la fascinación por los celos y el morbo que levantan. Frecuentemente nos preguntan ¿qué tal Marco?  Sin interesarse apenas, o nada, por la recién nacida, acto seguido la curiosidad se dirige específicamente a «la tetita», ¿cómo lleva Marco que la bebita lacte? No puedo evitar sentirme incómoda con estas actitudes. Me ponen en sobre alerta, más de la que ya tengo, «si todo el mundo me pregunta por algo será», me planteo y acto seguido me indigno, pareciera que no me preocupo por mis hijos y que tomo decisiones inadecuadas a la ligera, decisiones que los pueden dañar. Luego vienen las historias míticas de hermanos celosos que terminan de ponerme nerviosa. Y es que la curiosidad por lo desagradable es un defecto muy humano, la casi certeza de una complicación familiar levanta mas curiosidad de la que debiera y es que con los celos en los niños y la infidelidad en los adultos la expectación está servida.

Me saldré un poco del guión, si os interesa el tema del «morbo» no os perdáis el primer capítulo de la primera temporada de Black Mirror, da que pensar y mucho.

A vueltas con el miedo y la culpabilidad vuelvo sobre los celos. Miedo a que mi niño sufra más de lo imprescindible, o a que lo imprescindible en sí ya sea mucho. Y culpabilidad, ya que la ocurrencia de traer un factor estresante a su vida ha sido mía. Este párrafo es fruto de la irracionalidad, obviamente, pero es que el puerperio me mueve bajo sedas subjetivas y mi percepción de lo que me rodea es infinitamente emocional. No es un factor estresante lo que ha llegado a casa, sino una persona preciosa que llena de amor con su presencia cada segundo que está despierta y cada segundo que está dormida.

Algunas lecturas indican que: «debemos reconocer los celos como un sentimiento humano y aceptarlos… es importante darle nombre y desarrollar toda la paciencia posible… Usarlos como herramienta para averiguar qué está necesitando, tiempo, atención… y establecer un diálogo breve no recriminatorio. Los menores de tres años necesitarían dos mamás y dos papás ante la llegada de un hermanito» Yolanda González Vara

Rosa Jové indica que son aconsejables los mínimos cambios posibles en la esfera del niño, es decir, que pase el mismo tiempo en casa que solía pasar, que no lo mandemos a dormir a otra habitación; también es buena idea incluirle en las actividades con el bebé y no usar la discriminación positiva, todo lo que se salga de la normalidad crea recelo y alerta y eso es precisamente la base de los celos. Y nunca minusvalorar al pequeño, aunque no nos entienda, porque queremos que se quieran, no que compitan entre ellos.

Para Carlos González los celos «son totalmente normales, y es absurdo (y muchas veces contraproducente) pretender negarlos, reprimirlos o erradicarlos.» Cuando «pedimos» lo que necesitamos y encontramos una respuesta empática, nos adaptamos, se trata de una respuesta desde el punto de vista del evolucionismo. Los niños que han mostrado sus celos «han tenido más posibilidades de sobrevivir, y sus genes se han extendido por el planeta.»

Otra costumbre, muy humana también, es la negación del problema o simplemente de lo complicado. Nos gusta pensar que lo que contamos es lo que vivimos, y bueno ¿quién soy yo para negar este recurso si a alguien le funciona?

¿Qué supone para los padres? doble trabajo para satisfacer las necesidades de sus hijos. Cuando empiezas una empresa de este tipo, sabes que el esfuerzo es grande pero la satisfacción también. A veces flaquean las fuerzas, pero siempre flaquean, tengamos hijos o no, la diferencia es que la capacidad de reacción debe ser alta porque eres responsable de las emociones de más personas. Sin duda es una etapa para aprender sobre nosotros, mejorar y no perdernos lo bueno e irrepetible que te dan los niños pequeños.

En definitiva los celos infantiles son un problema adaptativo, no una celotipia, y la solución es la adaptación, de ellos y de nosotros al nuevo núcleo familiar.

Un comentario »

  1. Vamos por partes:

    a) Cuando la gente te pregunte sobre tú lactancia: SONRÍE. Es TÚ lactancia y la de tus hijos. Nadie tiene porque preguntar y opinar. Sé que es díficil. Pero hace como un año se pasó una mujer muy musical por mi blog y me dijo que disfrutara a mi hija. Que no me sintiese culpable y que es un momento íntimo. Así que hoy paso por tu casa a recordártelo 😛

    No puedes cambiar a la gente ni ellos te cambiarán a ti. DISFRUTA. Y SONRÍE.

    b) Los celos. ¿Me aceptas un consejo? ¡DEJA DE LEER! Y vive 😛 al amar y entregarte con paciencia tú solita encontrarás el balance. No será fácil. Viviendo y con tus propias experiencias terminarás de encajar tu solita el puzzle. Cada uno de ellos, de tus hijos te completa… ellos se darán cuenta…¡sólo con el tiempo! que son igual de importantes para ti.

    Un besote y a ver cuando nos presumes a Maia.

    BESOS PARA MARCO y otro para ti.

    • El problema es que no tengo las respuestas y me aterra. Solía controlarlo todo y saber sobre cada cosa que tocaba, si me apetecía dibujar me matriculaba en Bellas Artes, y encima se me daba bien, pero la maternidad ha puesto mi mundo patas arriba porque sentimientos ajenos dependen de mi, y además me reitero, no lo puedo controlar.
      Pero volvamos al punto de partida, fluir y sentir, cuando me he conectado conmigo misma me ha ido bien, como en el parto, creo que no puedo dejar la meditación porque es dejarme a mi misma.
      Muchas gracias como siempre por tus palabras y tu apoyo eres un cielo.
      Muchos besos melodiosos 😉

  2. Pues la verdad es que no tenga nada más que añadir, porque lo has resumido de maravilla y ya lo has dicho todo, la última frase lo resume.

    Además sois unos padres estupendos que sabéis y os preocupáis por lo que realmente necesitan vuestros dos hijos. Todo es adaptación a la nueva situación de todos sus miembros.

    Y respecto a los comentarios… en fin, mucha paciencia.

    Un besazo

    • Muchas gracias! Todo el cariño comprensión es bien recibido, ya sabes cómo es el puerperio, como aguas pantanosas y aunque tengo mas experiencia no dejo de confundirme a ratos.
      Muchos besos Carol!

  3. Compartir mama y papa -esto del papa si le costo a la mayor mucho mas- es dificil. Al ser niña viene genéticamente preparada para cuidar al bebé y la ducha o el cambio de pañal. Ella le pone crema y le da besos. Pero también llora por la noche, al despertar de la siesta como nunca y tanto tiempo..No son celos rabiosos, son encubiertos, pero es natural.

    • Si, no son unos celos focalizados sino mas bien un estado de alerta ante cualquier estímulo y mas vulnerabilidad a ciertas horas. Lo cierto es que a Marco el cambio de pañal no le interesa nada, no se si estará relacionado con su sexo, es curioso ver esto, pero necesitamos una estadística mayor para confirmarlo 😉

  4. Te iban a criticar de todas formas. Si das pecho, si destetas, si das biberón… Hay gente que sólo se dedica a eso! Haz lo que quieras y ten la confianza de que haces lo que tú crees que es lo mejor. Pues sólo su madre lo sabe.
    De los celos…es un tema que creo que se le da mucha importancia pero que forma parte de nuestra naturalezaccomo estar contento, enfadado…no?
    Un abrazo enorme

    • Pues sí, esa es la actitud, dar una cabida natural a emociones que lo son. Y con las críticas no hay otra, armarse de seguridad para que no nos atraviesen ni tambaleen.
      Muchos besos Marián.

  5. En mi opinión la gente pregunta no porque sea algo que te tenga que preocupar ni nada por el estilo, sino porque les gusta opinar de todo, meterse donde no les llaman y juzgar a otros para no tener que reflexionar sobre sí mismos (que suele dar bastante miedo a la gente). Así que espero que esas cosas no te hagan cuestionar tus decisiones, que para algo son personales. Y por lo que te conozco del blog eres una persona que toma decisiones tras informarse, reflexionar, discutir con otros.. Así que, sinceramente, creo que puedes estar orgullosa y tranquila con las decisiones que tomes, porque son fruto del amor, la reflexión y la información. Y con esas premisas, todo se anda, y bien. A ver cuántos de esos que preguntan tienen esa filosofía…

    Me ha gustado mucho tu reflexión sobre los celos. Es un tema que a mi también me preocupa cuando pienso en cuál será el mejor momento de tener otro niño. A mi madre, cuando yo iba a nacer y preguntó al pediatra en EE.UU (nací allí) cómo lo llevaría mi hermano y qué hacer con los celos, este le dijo: «imagínese que su marido le dice, te quiero muchísimo cariño, más q nunca, y voy a traer a otra mujer a casa porque los tres juntos seremos más felices que nunca y podréis pasar tiempo juntas, etc.. ¿Qué le parece?» Pues eso es lo que le pasa también a un niño. Y es algo que es normal que no sea fácil y por tanto la comprensión, la verbalización de sentimientos, y el respeto de ambos bebes por igual son clave.

    Besos y que siga todo muy bien!

    • Es complicado decidir cuándo es el mejor momento para tener otro hijo, solo cuento con mi experiencia y no puedo saber como sería con otros tempos en nuestra familia. Si bien es cierto que al principio del embarazo solo fantaseaba con lo idílico y conforme se acercaba el parto y podía ponderar con la edad emocional de Marco de manera mas realista, el temor a que sufriera se instaló. Ni es tan malo, ni es tan bueno, se que se debe sentir a veces traicionado, como en el símil que mencionas, pero también tiene momentos de auténtica felicidad. Aquí estamos aprendiendo los unos de los otros y amándonos con fuerza, pero no te negaré que si fuera algo mayor sería mas sencillo.
      Eres increíblemente empática, recibo tus comentarios con mucho cariño y valoro el tiempo que te tomas en contestar, muchas gracias y besitos.

  6. Silvia, preciosa, me encanta leerte porque destilas seguridad en ti misma aún sin pretenderlo. Tengo la sensación de que lo tenéis muy claro y que sigas tus impulsos es lo verdaderamente importante… siempre habrá quién desee opinar hagas lo que hagas.
    Millones de besos

    • Gracias por acercarte a mi esquinita! Es cierto, tenemos nuestro «plan» basado en nuestros propios instintos, pero no siempre estamos seguros, lo que también lo hace todo mas real.
      Besos preciosa!

Deja un comentario